viernes, 5 de diciembre de 2008

El principio

Hoy, 6 de diciembre de 2008, se cumplen 30 años de la Constitución. Me pareció un buen día para comenzar a escribir mi bitácora. Cuando la ciudadanía de mi país votó en referéndum a favor de nuestra Ley de Leyes yo tenía cuatro años. Se podría decir que corrí delante de los grises a partir del 1º de mayo de 1974, aunque más bien camino de Cabueñes, del Hospital dónde mi madre me trajo al mundo.
En realidad pertenezco a la generación que se crió y creció ya en democracia. Un régimen aún en pañales que se tenía que hacer todos los días, pero al fin y al cabo en libertad. Apenas recuerdo a Adolfo Suárez en aquella televisión en blanco y negro diciendo: “puedo prometer y prometo”. Ni tampoco me acuerdo de Felipe González cuando provocó que el PSOE abandonara el marxismo.
Del 23F no tuve noción seria hasta mucho después, aunque sí recuerdo perfectamente aquel naranjito del 82 cuando el mundial de fútbol. El cambio de aquel 28 de octubre en las elecciones generales significó mucho más que España funcionase. Yo pasé de un colegio nacional en el que estudiaron mis hermanos, mucho mayores que yo, a un nuevo centro que ya se llamaba colegio público.
Todavía era muy niño cuando hacía la EGB, y aún tardé en tomar conciencia política del mundo que me rodeaba mientras me apretaban las hormonas adolescentes en un nuevo Instituto Mixto de Bachillerato. En casi todos mis estudios reglados me tocó estrenar, aunque tarde, centro nuevo: éramos casi los últimos del babyboom de los 60 / 70.
Fue cuando llegué a la Universidad, en mi primer curso de Economía (como casi todos, no sabía que hacer) cuando al final del segundo semestre Roberto, uno de mis viejos compañeros de aventuras, y yo dimos un paso trascendental en nuestro compromiso político y ciudadano de la mano de uno de nuestros más queridos profesores, Santiago. No aprobamos la asignatura en aquella convocatoria pero aprendimos el valor de los principios.
Fue unos días antes de las reñidas elecciones generales del 93 que volvió a ganar Felipe con aquella derrota dulce de Aznar. Después vinieron años durísimos para los novatos que llegábamos al socialismo con todo lo que llovió sobre nuestras siglas. Pero el entusiasmo pudo más que todas las mentiras y exageraciones con que la prensa libre que encarnaba El Mundo y la COPE nos bombardeaban mañana, tarde y noche. Alguien se acuerda de Encarna, de Herrero, de Pedro J, del “váyase Sr. González”.
Pero aguantamos. Para mi fueron unos años preciosos en la Universidad. Movilizaciones estudiantiles, amigos para toda la vida, compromisos sociales y políticos, incluso algún que otro ligue. Menudas aventuras pasamos Alberto, Carmen, Ezequiel, Irene, Javi Ballina, Fran, Ardura, Manrique, Silvia, Begoñina, Marcos, José, Gelu, Idoia… y de entre todos, los más viejos: Ramón y Josechu.
Estudiaba cuando tenía tiempo (mi madre todavía se pregunta si acabé la carrera de verdad). Tuve ocasión de viajar por media Europa (Bruselas, Montpellier, Tarbes, Italia), por casi toda la península (Madrid, Logroño, Ciudad Real, Barcelona, Sevilla, Málaga, Bilbao, Alicante, Elche, Murcia…) y llegué a cruzar el charco en mi primera visita a la perla del Caribe, mi primer contacto con la revolución.
Después llegó una vida pública azarosa casi sin quererlo. Me decían el concejal niño con 25 años recién cumplidos. Tuve experiencias geniales, anécdotas a montones, y sobretodo un montón de nuevos amigos de los que aprendí tantas cosas. En lo público, además de a todos mis compañeros de partido, tengo un especial recuerdo para Carmen, Bea, Luis, Toño, Cris, Monchu, Chesco y hasta Yordi (con todos los dolores de cabeza que me dió) y muchos más que no por no citar son menos importantes.
De esta etapa algunos han escrito en los medios, no seré yo quién haga aquí mis memorias de cómo entré o de cómo salí. Simplemente ocurrió y fueron ocho años estupendos. Incluso me casé y he tenido una hija preciosa: ¡ la baba ya me la limpio yo !
Fueron apareciendo otros amigos, otras responsabilidades, algunas recientes o renovadas. Y hoy a partir de este 6 de diciembre de 2008, cuando se cumplen los 30 años de convivencia democrática más fructíferos de la Historia de España, voy a comenzar a compartir esta bitácora.
Este será un espacio para el encuentro, para la reflexión. Un lugar para las ideas, para imaginar un mundo mejor. Intentaré hablar de muchas cosas y de ninguna a la vez. Habrá tiempo para la lectura, para escuchar un poco de música, para ver un video, para comentar la actualidad, incluso para cocinar un poco.
Podremos viajar por el planeta a los lugares más paradisíacos y también a los rincones más cercanos pero desconocidos. Y sobre todo, en este blog vamos a intentar ganar el futuro. Porque lo que está por venir no está predeterminado, podemos construirlo entre todos.
Las nuevas herramientas de la comunicación nos van a facilitar la tarea, así que os animo a todos esos amigos que están por ahí a que aportemos nuestro granito de arena para soñar en un mundo maravilloso.
Un saludo a todos.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenido al mundo de los blogs compañero! Está muy bien que hayas hecho esto y que te inicies en las redes sociales.

Tu primer post es un poco sentimental pero a mi me llamas viejo, así que soy capaz de recordar otros capítulos que te has saltado en esta historia ;-)

Por cierto, aprovecho para hacerte una sugerencia: procura hacer posts más breves para que sea más fácil seguirlos en pantalla :-)

Anónimo dijo...

Muy bien Iván, me gusta tu estilo... Pero no te pases de ñoño eh? Que hay mucha tela que cortar para hacerle el traje al futuro. Salud bacalao!!!

Anónimo dijo...

Está claro que esto de escribir y transmitir se te da bien; y que conste que no lo digo por cumplir o quedar bien, sino porque estoy convencida que si muchos de los jóvenes que hoy en día dicen que pasan de la política, que esto no va con ellos.....leyesen cosas así escritas por personas aún "jóvenes" es muy posible que su apatía se transformará en "ganas para cambiar las cosas .... las de Gijón y las del mundo en general".
Idoia